Ismael Cerezo Ramírez, Flyppy (Murcia 1967), artesano creativo del vidrio y metal, y con una formaciónprácticamente autodidacta comenzó a principios de los años 90 sus esculturas con todo tipo de metales. Con la inquietud creativa de dotar de color a sus piezas se trasladó a Mallorca donde aprendió el oficio de vidriero de la mano de Pere Ignasi en su taller de S’Hostalot y con el que paso dos años. (92/93)
A su regreso a Murcia, Ismael abrió su propio taller con horno de vidrio que le permitió crear sus piezas más reconocibles: lámparas, bichos, mariquitas, arañas, garzas, peces, toros, búhos, mariposas farolas y toda una explosión de esculturas de metal y vidrio.
Flyppy lleva casi 30 años evolucionando su técnica para dar rienda suelta a su creatividad y conseguir el equilibrio entre los materiales antagónicos con los que trabaja, hierro y vidrio, y la belleza formal de las piezas creadas: dureza y fragilidad, para crear lámparas y esculturas de plantas o animales e insectos. La técnica pulida e informal y la simplicidad que se muestra en estas piezas refleja la maestría técnica de Flyppy en su creación, que en algunos casos queda realzada con la presencia de luz artificial en la pieza.
– “La espontaneidad es lo que más me gusta al trabajar con el vidrio. Es muy inmediato, no hay que esperar a que se seque, como la cerámica, ni necesitas un molde, como en el caso del bronce; aquí todo es más espontáneo y te permite improvisar”.
– «Hay piezas que se piensan, que se dibujan antes de llevarlas a cabo y otras que no», y añade que la clave para no copiarse a uno mismo es «no dejar nunca de experimentar» .
Maestro en el dominio del hierro y el cristal, ha creado un universo plagado de bichos, garzas, túnidos y flamencos, tanto en instalaciones públicas como privadas. Como escultor, Flyppy combina magistralmente hierro y vidrio para crear formas y bichos que nuestra imaginación difícilmente puede acertar a concebir, creando desde pequeñas piezas decorativas en forma de insectos, a las inmensas esculturas que decoran espacios públicos en forma de palmeras, chumberas, escolopendras y naranjos, pasando por las lámparas, percheros y apliques, de colorido vidrio, y cerrajería artística en vallados y accesos residenciales.
El compromiso del artista con la evolución de la escultura contemporánea es insaciable, por lo que no cesa de producir dando luz a un sinfín de seres procedentes de la naturaleza que se forma entre la cabeza del artista y el óxido del hierro.